miércoles, 17 de febrero de 2010

La intensa melodía de los cuerpos

El romance fecundó su propia música, y ésta vive inmortal en...

La intensa melodía de los cuerpos

En la nota anterior traté sobre la seducción y la conquista. Aunque tuvo su auge en otras generaciones, el «bolero» seguramente seguirá marcando a quienes, más alla de edades, descubren en él, un estilo nacido al compás de los latidos del corazón.


Cuentan que nació de una mezcla sublime, ardiente, entre las danzas gitanas de España y los candentes rítmos caribeños, sobre todo de esa Cuba pasional que sedujo a todo un continente con la caricia percusiva de los cueros de sus tambores, enamorándose entre los arpegios y la sutil exhalación de las guitarras.
En su cadencia crece su eterna popularidad y en su convicción simple y natural, el amor, la seducción y el sexo brotan como notas que se escriben en la piel misma de la cultura latinoamericana.

Abrazame así...

Dicen que se llamó “tristezas” de José «pepe» Sánchez (musico cubano 1886) el primer bolero conocido, de ahí hasta hoy día esta música de serenatas y cantinas, de enamorados y desconsuelos se abrió en otras expresiones como el Bolero ritmico, Bolero Cha cha cha, Bolero Mambo, o incluso en la Bachata dominicana, el Bolero Ranchero (mezcla bolero y mariachí mexicano ) y el Bolero Moruno (bolero con mezclas gitanas e hispánicas).
En su epoca de mayor esplendor, el bolero se expandió por toda América e incluso recorrió el mundo a traves de películas americanas que cayeron seducidas por su armónica pasión. Y entonces surgieron decenas de compositores y cantantes que hicieron temblar el corazón de las damas y mantener encendida la llama tenaz y perpetua de los caballeros. Entre ellos podríamos citar a Agustin Lara con «Solamente un vez», «noche de rondas», «Mujer» y tantas otras… Rafael Hernández y «Enamorado de ti» o «Tu no comprendes» , soberbio autor que incluso se dio tiempo para otros ritmos que ya son clásicos como «Capullito de Alelí», el super versionado «Cumbanchero» y «Cachita» que en estos años recuperó Ricardo Montaner.
El grandísimo Ernesto Lecuona con su «Noche azul» o «Siboney», maravillosos exponente de la musicalidad de una cuba pequeña pero inmensa en su cultura viva entre las calles vivas.
O MiguelMatamoros al que aun hoy todos seguimos admirando con sus «lagrimas negras»... “aunque tu, me haz echado en el abandono...»
Maria Grever y su inolvidable « Jurame” un himno que durara por los siglos de los siglos “jurame que aunque pase mucho tiempo, no olvidaras el momento en que yo te conocí..» conciso y genial, no?
Y más acá el prolífico y singular Armando Manzanero, un músico completísimo que sabía que sentía la gente y como devolverle en forma de canción esos sentimientos tan humanos. «Somos novios», o “esta tarde vi llover, vi gente correr... y no estabas tu”.
Increíble no?, seguro usted ...señora, señor, joven perspicaz estará silbando conmigo acompañando con la palma o los nudillos sobre la mesa llevando la cadencia del bolero inmortal y recordando…y más, muchos más como Portillo de la Luz y “Contigo a la distancia” el mexicano Gabriel Ruiz y esa frase condenatoria: “usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos..»
Consuelo Velazquez y «Besame mucho», Roberto Cantoral y “Reloj», «reloj, no marqués las horas” y Oswaldo Fares con “toda una vida, pasaría a tu lado” o “Quizas, quizas, quizas” ..¿quién no las entonó alguna vez?...

Pasarán mas de mil años...

Y son tantos pero tantos..México fue un país que le dio decenas de maestros como Gonzalo Curiel y su «Vereda Tropical», Alberto Domínguez ( Frenesí y Perfidia – «mujer si puedes tu con Dios hablar...», Mario y Benito de Jesús «Nuestro Juramento», Alvaro Carrillo «Sabor a Mi» y «Se te olvida» que Luis Miguel cantó con brillo en su homenaje al bolero y sus autores,los cubanos Orlando de La Rosa «No vale la Pena» y «Vieja Luna» y Gonzálo Roig y el recordado «Quiéreme mucho», el portorriqueño Bobby Capó «Piel canela» (me importas tú y tú y tú y nadie mas que tú..), y los venezolanos Aldemaro Romero «Me queda el consuelo», María Luisa Escobar «Desesperanza», , Chelique Sarabia «Cuando no sé de ti», José Reyna y su «Noche de Mar», Jhony Quiroz «Tú Sabes» y René Rojas «Evocación» entre tantos otros menos conocidos que dedicaron noches de luna, y pentagrama, de ron y desamor, del beso perdido o encontrado para compartir finalmente con todos los que amamos la buena musica esta consagración del abrazo y el romanticismo llamado bolero… simple y para siempre… bolero.

Nosotros, que nos queremos tanto

Un genero brillante, creo que fue tan importante este movimiento cultural que en otra entrega hablaré de los intérpretes famosos y de los argentinos que llevaron a este ritmo a niveles celestiales como Chico Novarro o Mario Clavel... Porque..¿a quién no le gusta de tanto en tanto entonarle unos versos abolerados a su amada?...
Dejo bien claro que mi admiración por este estilo es profunda y para esto no se precisa edad, ni experiecia solo escuchar atentos lo que el sentimiento nos compone desde adentro, desde el fondo del alma. Mis amigos conocen y sufren algunas de mis creaciones como “Ya es hora” “Hoy desperté” o “Aunque te parezca extraño”, entre otros boleros que compuse aún a riesgo de quedarme sin amigos, je.

«Ya es hora de que los dos
nos regalemos un instante.
y decidir si nuestro amor sigue adelante.
o si es mejor no despertar
nuevas auroras....si el cielo llora»


Sufrido no?..ja…el bolero chorrea sincericidio y profunda humanidad, porque nos descubre a todos iguales, inermes, desnudos, perplejos ante el asombro que nos produce el cuerpo que habla por si mismo, el desconcierto que todos alguna vez sentimos al vernos enamorados, de no poder dormir, ni comer, de esas ganas locas de pensar solamente en esa boca., a todos nos pasó. Entonces sabemos que nos volvemos un poco más idiotas de lo habitual, porque esa es la función del amor, sabernos frágiles, expuestos ante tanta vida que aunque tratemos de ocultar, se dispara hasta por los poros para pegar un grito salvaje y pasional, si es acompañado de una guitarra y de bongos mejor, sino nos queda el banco de la plaza, la voz grave, seductora y el verso incandescente de un bolero para que ella comprenda que el otro lado de la luna siempre se ve mejor acompañado por el abrazo incíclico e insurrecto de la melodía de los cuerpos que siempre se buscaran eternos, en su eterna indefensión.

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